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  • Foto del escritorRegina Nahony Urieta

Egoísmo Saludable / Saber decir NO

Empiezo este post con unas palabras de Fritz Perls, Terapia Gestalt:


“Yo soy yo, tú eres tú.

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías".


La primera vez que escuché el término Egoísmo saludable fue hace como 7 años. Jamás pensé que algo que yo había practicado tantas veces y que fuese criticado por familiares cercanos, fuera en realidad una técnica psicológica. Ahora bien, cuando hablamos de egoísmo saludable, estamos hablando de la capacidad de cuidar de nosotros mismos, de cubrir nuestras propias necesidades y de hacer aquello que realmente queremos hacer, sin sentirnos culpables. Considero que ahí esta la clave; en hacer lo que queremos hacer y no en hacer lo que los demás creen que debemos hacer. Siempre y cuando no se lastime a ninguna persona, es importante que pongamos nuestros límites, sin sentirnos culpables y angustiados. Es nuestro deber velar por nosotros mismos, respetarnos y querernos y no pasar la mayor parte de nuestras vidas tratando de suplir y satisfacer las necesidades de los demás.



Algunas pautas que podemos tomar en consideración para desarrollar un egoísmo saludable son:


Saber decir NO

Es de suma importancia y una de las principales claves. No, es solamente NO. La carga emocional que se le atribuye es fruto de nuestra propia interpretación. No saben cuántas personas me llegan a consulta que no pueden, no saben decir que no. Decir que No es como un músculo. Pónganlo como meta, decir que No, una vez al día, en algo de poca importancia. Decir que No es saludable, dado que muchas personas se comprometen ha hacer por otras y de verdad no cuentan con el tiempo necesario para hacer lo que dijeron que iban a hacer y luego viene la ansiedad y después la culpa. Entonces la próxima vez que alguien les pida algo y de verdad no puedan hacerlo, no se comprometan. Digan simplemente No,


No dar tantas explicaciones

Cuando damos excesivas explicaciones, realmente lo que hay detrás, es una falta de convencimiento propio y uno de nuestros derechos, es el derecho a decir no. Mientras más explicaciones se dan, es más probable que la otra persona cuestione el NO. A lo sumo agreguen un No, no puedo.


Para terminar, recuerden que los demás no están acostumbrados a escucharnos decir No; por lo que hay que tener en cuenta que, cuando empezamos a decir no, a poner límites, a no dar explicaciones, a los demás les puede parecer extraño, ya que tampoco están acostumbrados a que lo hagamos. Pero no pasa nada, con el tiempo las personas se acostumbran, llegan a comprender que también tenemos nuestras propias vidas y no se lo toman de manera personal.

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